jueves, enero 19, 2006

Optimismo: ¿se hace o se nace?


Hoy intentaré responder a Soco cuando hace unos días preguntaba si se podía contagiar el optimismo a los demás.

Según Rojas Marcos, el nivel de optimismo y realismo de cada persona depende de tres factores: el equipaje genético, el desarrollo del carácter y los valores culturales.

Lo primero que hay que decir es que uno no es optimista o pesimista, sino que uno es optimista y pesimista. Algunas veces utiliza más su faceta optimista y otras su faceta pesimista. Somos las dos cosas pero utilizamos más una faceta que otra.

En cuanto al desarrollo genético, estudios científicos (David Lukken, Robert Plomin, Peter Schulman) realizados con mellizos monocigoticos han demostrado estadísticamente que el 40% del pesimismo parece estar controlado por factores genéticos; mientras que en el caso del optimismo sólo depende de los genes el 25%.

Por lo tanto resulta más eficaz promover la faceta optimista de una persona (aumentando las visiones positivas de la vida y el entorno) que intentar aplacar las creencias o demostraciones pesimistas.

Así centrémonos en potenciar el optimismo de la gente que nos rodea (y por supuesto de nosotros mismos).

Esto se puede realizar a través de los otros dos factores: el carácter y los valores culturales.

El carácter es el conjunto de atributos o rasgos que componen y distinguen la personalidad o manera de ser del individuo. Se manifiesta en la forma de sentir, de comportarse, en los gustos y en las aversiones. Con respecto al carácter varios puntos.

.- Las personas que manifiestan continuamente actitudes y emociones positivas tienen más posibilidades de ser correspondidos de la misma manera.

.- Un componente del carácter es la autoestima, que se configura por las experiencias que se viven, por la valoración que se hace de ellas, y por el mérito que se le asigna.

.- Existe una asociación estrecha del optimismo con la extroversión, la capacidad de perdonar, y de agradecer.

Por lo tanto manifestando las emociones positivas que sintamos, valorando los esfuerzos realizados, recordando las adversidades superadas, haciendo un esfuerzo por relacionarnos más ejerciendo el perdón y el agradecimiento estamos potenciando nuestro optimismo.

Así mismo podemos promover entre nuestros colaboradores recuerdos positivos, valorar sus actuaciones, agradeciendo la colaboración y perdonando determinadas actitudes. De esta manera estaremos potenciando su optimismo.

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