domingo, agosto 31, 2008

¿Chantaje?

Estoy leyendo “El antropólogo inocente” de Nigel Barley. Trata de las desventuras de un antropólogo inglés durante 1978 en un lugar remoto de Camerún, estudiando la civilización dowaya.

A mitad del libro comenta que en las sociedades primitivas el saber pocas veces es de libre acceso, constituye más bien una propiedad privada; cada uno es dueño de sus conocimientos y sería una tontería cedérselos a otro sin compensación alguna, de la misma manera que nadie entregaría a su hija en matrimonio sin compensación alguna.

Y me recuerda a algunas organizaciones. O a algunas persona en las organizaciones. No comparten conocimiento. Es su propiedad. Es su forma de ser fuertes en la organización.

Sigo leyendo y sonrío cuando dice que en estas sociedades un remedio antiguo es mejor que uno nuevo, con lo que las innovaciones despiertan recelo y desconfianza, de ahí la falta de interés por encontrar remedios nuevos.

Y es que son las mismas personas que se guardan el conocimiento las que normalmente no les gusta la innovación. Es normal: la innovación trae nuevos conocimientos y por lo tanto ellos pierden poder y fuerza a convertirse sus conocimientos en obsoletos.

Desde mi punto de vista estas personas hacen “chantaje” a la organización: Yo soy intocable pues poseo este conocimiento que nadie más tiene. Y nadie más tiene ese conocimiento pues yo no lo quiero compartir. Soy imprescindible, único. Y no me digas que lo comparta pues soy intocable.

Es curioso que en las sociedades primitivas (tecnológica y científicamente) suceda lo mismo.

PD: En Hamburgo bien. Seguimos en proceso de cambio, pero con lecturas como esta uno lo pasa mejor. Además hoy hace un día soleado y estupendo.

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